Y es que sucede que a veces, al menos a veces, es necesario hacer ciertas cosas, llegar a ciertos lugares, para empezar a irse de ellos. A veces, es necesario besarse para despedirse. Decir tan solo hola para pensar en un adiós. A veces es necesario conocernos, para empezar a olvidarnos. Son las reglas del juego. Son las leyes de la vida. Son las injusticias que quizás nos pueblan y van dejando de conmovernos. Soy yo, que ya no sufro tanto las caídas y que no me interesan las despedidas. Sos vos, que quizás ni siquiera te caés tanto como me caigo yo...todavía Es la vida, sólo eso...
miércoles, 15 de abril de 2009
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